La mala gestión del Gobierno Municipal
de la ciudad de Potosí, es para el
momento ya una historia de terror, donde los protagonistas: ex alcalde,
concejales y actual alcalde han generado un descalabro insuperable al
desarrollo citadino.
Es inaudito que el ex alcalde Sr.
Rene Joaquino, no le haga un favor a Potosí,
renunciado a la cargo que todavía ostenta sin el ejercicio pleno, debido
al licenciamiento que el Concejo Municipal le otorgó para que se defienda, por
la presunta comisión de los delitos de incumplimiento de deberes y conducta
antieconómica por la compra de autos usados en 2006. No quiero emitir un juicio
de valor en el sentido de que si estas acusaciones sean justas o no, ni tampoco quiero hacer comparaciones a otros hechos de autoridades
nacionales, que no son punibles de igual manera. La mala gestión realizada por
esta autoridad suspendida no está en la compra de movilidades a medio uso. La
mala gestión está en el hecho que después de alcanzar popularidad en la
población potosina por sus trabajo en zonas periurbanas en su primera gestión,
no haya sido capaz de volcar su esfuerzo al desarrollo urbano, armónico y
fundamentalmente estético de la ciudad y que por lo contrario haya contribuyendo
a la destrucción sistemática de una ciudad patrimonial; la mala gestión está en
no haber trabajado planificando el desarrollo urbano de Potosí e impulsar acciones para convertir a la
Villa Imperial en una verdadera ciudad
patrimonial, en la que se ofrezcan los mejores servicios al turismo, resaltando cada esquina, cada balcón, cada
recoveco de esta bella ciudad, para venderla a turistas que en cientos podrían
haber aumentado en los años de obscurantismo en que este señor sometió a Potosí.
No existe una política orientada
al turismo y la promoción de la ciudad, no existe incentivo a la inversión
privada en hotelería y gastronomía, pues los turistas que llegan a esta ciudad
atraviesan peripecias para encontrar locales acorde a las exigencias, menos aún
en días feriados o domingos donde no se tiene un servicios que satisfaga al
visitante, por ende la mayoría de los turistas que visitan la ciudad prefiere
pernoctar en Sucre.
En décadas pasadas Potosí era una
ciudad medianamente limpia, ya que existía una política vecinal en la que cada
dueño de casa era responsable del aseo de su acera, no se dejaba la basura en
cualquier esquina y el aseo municipal más o menos era eficiente. Al momento la
imagen potosina es la muestra de la ciudad más sucia de Bolivia, donde las
calles están alfombradas de bolsas plásticas y todo tipo de escombros, los
vecinos dejan su basura en cualquier recoveco e incluso en las mismas puertas
de la comuna y nadie dice nada. Ni que decir el día después de cualquier acto o
festividad que pasa por la ciudad, donde el ciudadano no tiene conciencia sobre
el cuidado de la ciudad, tirando su
basura donde sea, pero más grave aún es que las calles se convierten en
urinarios públicos. Las calles han sido invadidas por una infinidad de cables
de la telefonía, televisión, energía eléctrica, letreros, que afean de sobre manera la ciudad sin que la
comuna haga algo al respecto.
El centro de la ciudad se ha
convertido en el bar denominado Alonzo de Ibáñez donde parte de la población
encuentra en las noches el lugar ideal para echarle una copas y convertir esta
Plaza tan cercano a la comuna, gobernación y policía, en un lugar inseguro
lleno de peleas de borrachos y destrucción del ornato público.
La contaminación auditiva, es
insoportable, como ejemplo: en el paseo Bulevar a diario se instalan alto parlantes que emiten sonidos a más de 200 dB (La Organización Mundial de la
Salud considera los 70 dB, como el límite superior deseable), violando así
la Ley de Medio Ambiente siendo el Municipio cómplice de tal hecho. Este se repite y está diseminado por toda la ciudad, a la que se suma los bocinazos
avisos de alto parlantes, etc., etc.
La contaminación del aire de los
cientos de vehículos de autotransporte público que “necesariamente” tiene que
pasar por el centro de la ciudad está generando problemas de salud a toda la
población, además quitando el encanto de la ciudad colonial, pues en su paso
por las calles angostas dejan tras de sí bocanadas de humo de los motores que
ya han cumplido su ciclo y que no han sido refaccionados, pese a la medición de emisiones de gases
tóxicos y otorgación de rosetas ambientales hechas por el municipio, las cuales resultan ser un saludo a la bandera. Peor aún
la alta contaminación por efectos de la minería (aire y agua), que el municipio
ni conciencia ha tomado de los efectos que esta esta ocasiona a los pobladores
de la Villa Imperial.
Como gran obra para evitar el
estacionamiento de vehículos sobre las aceras, se han puesto pilotes de cemento
sobre las calzadas distorsionando la imagen de la arquitectura colonial,
ocasionando accidentes a los transeúntes y ni que decir de las personas con
discapacidad, como una muestra clara de una falta percepción.
Es inaudito que un simple
colocado o cambio de aceras en algunas vías céntricas de la ciudad tenga que
llevar eternidades en su ejecución; la construcción de infraestructura
municipal destinada al deporte como es la del edificio que se construye en la
cancha ferroviario en la zona baja, lleva años en su construcción, donde
estratégicamente se ha retirado el letrero que denotaba las especificaciones de
tiempo y monto; la del mirador (de la pobreza) o “biblioteca” abandonado y a
medio construir en la salida a la
carretera que conecta Potosí con Sucre; la vergonzosa refacción de la calle
Sucre, que se hizo para volverla peatonal con un proyecto que constaba de abrir ductos
subterráneos para ocultar el cableado, mejorar las fachadas de las casas, enlosetar
la vía y cerrar al tráfico vehicular, este trabajo duro más de tres años en una
simple cuadra, obra realizada con una
falta de criterio técnico alarmante sin haber logrado lo que se buscaba…….. Y
así una serie de obras mal hechas y no concluidas, que si las citáramos todas, se necesitarían varias hojas para
describirlas. Se suma a ello la improvisación que cada día se hace, dejando
como resultado una ciudad sin orden y extremadamente sucia.
Por estas razones es que el Sr.
Rene Joaquino debería dar un paso al
costado y dar paso a elecciones municipales y dejar a la ciudadanía la opción
de elegir a un alcalde con mayores visiones de progreso y futuro para la Villa
Imperial. (Es un secreto a voces que el
Sr. Joaquino aún gobierna por debajo de la mesa y que el Sr. Zenón
Gutiérrez es un instrumento puesto ahí,
para llevar a cabo las instrucciones de este). Con urgencia es necesario un cambio de autoridades, que las
nuevas trabajen por hacer de Potosí una
ciudad progresista, resaltando sus riquezas arquitectónicas y culturales, todo bajo un plan bien estructurado, el cual
debería estar encasillado al progreso y desarrollo de una ciudad patrimonial.
El nuevo Gobierno Municipal
deberá empezar en concebir un plan de desarrollo urbano, que tenga como
objetivo un cambio total al ordenamiento, en las acciones debería empezar por
un cambio de estructura en la ciudad, trabajando con la ciudadanía, en consenso
hacer entender que la mayor riqueza que tiene Potosí es la ciudad misma. Acciones
importantes como la de trabajar para situar a la administración pública en otra zona (zona baja
de la ciudad), de tal manera que se elimine la movilidad de la ciudadanía hacia
el casco viejo de la ciudad, y que los trámites y gestiones administrativas se
los trasladen del casco viejo; empezando por la propia Alcaldía (La cual podría
ser acondicionada y restaurada a la primera casa de moneda, existía una
propuesta de un Senador para tal efecto)), La Gobernación, Impuestos,
Servicios, etc., etc…. abriendo la
posibilidad de ordenar el caso urbano, quitando la transitabilidad de vehículos
y dejando vías peatonales expeditas al turismo, enterrando cables y dotando al
visitante de un espectáculo de una de las ciudades más extraordinarias de
Bolivia.
Generar un plan para la
habilitación de mayores atractivos turísticos como por ejemplo: pensar en un
teleférico que parta del ingenio del Rey y que conecte a los ingenios de
Velarde, Pailaviri, que en el paseo
muestre en algo el complejo de lagunas construidas por orden Francisco
Toledo como la obra hidráulica más importante de la colonia y que por último
termine en Karachipampa en la muestra de que la tecnología minera, si bien
ayudo al progreso de las naciones en el pasado, también es el mayor cómplice de
la contaminación ambiental, haciendo así que esta planta que a mi parecer nunca
entrará en funcionamiento, pueda ser usada como parte de la atracción
turística.
El municipio nunca asumió un
trabajo de aprovechar el Título de Patrimonio de la Humanidad, para que en base
a este se realice un intercambio de experiencias con otras ciudades que
ostentan el mismo título, de tal manera que se pueda extraer lo más positivo en
logros de ciudades como Cusco, Cartagena de Indias, Quito, Recife, etc. y ser aplicados a esta ciudad, pues la gestión
de estos alcaldes en el transcurso de
los años solamente se dedicó a preservar la popularidad del Sr. René Joaquino en
los barrios periféricos donde se en-cemento todas las calles para adquirir
votos y preservarse en la silla edilicia. Que obviamente en la dotación de
servicios como agua y saneamiento a estos barrios emergentes no se puede
discutir, pero que no es relevante cuando no se trabaja en el todo. (Educación
sanitaria, educación medioambiental, etc.)
El nuevo Gobierno Municipal que
se eligiera, debería pensar en todos
estos aspectos, para lo cual debería generar un plan urbano con planteamientos
científicos, técnicos, sociales que sean aplicados para: primeramente cuidar el
título patrimonial que está seriamente cuestionado que, a través de un
verdadero plan urbano, se preste mejores servicios se luche contra la
contaminación, se mejore el saneamiento básico y la dotación de agua y
fundamentalmente devolviéndole la grandiosidad a la ciudad más histórica de
Bolivia.
Los altos recursos que ahora
recibe Potosí por efecto de la minería no son reinvertidos en la ciudad, pues
no existe una orientación municipal para tal efecto, ya que la mayoría de los
recursos que se obtienen de las ganancias que aún el Cerro Rico proporciona, son
despilfarrados por los nuevos ricos en farras, vehículos y otro de tipo de
gastos insulsos, recursos que bien podrían ser reinvertidos en la ciudad, sumándose
a ello un destino de los recursos en otras ciudades. El municipio debería
contar con un departamento de alta calificación técnica que pueda generar un
plan de orientación de la inversión hacia actividades productivas y
sostenibles, ya que una vez que el precio de las materias primas baje, el
desempleo y la desolación volverán a Potosí, aspecto que conllevará nuevamente
a una migración producto del desempleo.
Obviamente se tendrá que pensar
en la preservación del Cerro Rico, que
si bien reviste de gran complejidad por la gran cantidad de empleo que
genera al momento y fundamentalmente por los intereses económicos creados sobre
él, pero que a razón de un antiguo paladín de la lucha por su preservación como
fue don Víctor Villanueva, es la conclusión del Museo Diego Huallpa en la
bocamina principal. Pero lo más importante para este propósito es pensar en una
reconversión económica, es decir orientar a la inversión de los cooperativistas
asentados en el cerro a otras actividades más sostenibles, mas salubres, para
tal propósito el Gobierno Municipal con apoyo del Gobierno Departamental
aprovechando la autonomía de gestión, deben buscar los mecanismos para tal
efecto, ya sea mediante convenios con otros estados, para la apertura de
mercados a productos alternativos como la artesanía, manufactura, proceso de
maquila con países como la China, India, Brasil. Lo que a futuro haría que se
pueda ir generando empleos más atractivos y de mayor salubridad, pero
principalmente más sostenibles. Lo que podría abrir la posibilidad de que poco
a poco se vaya cerrando trabajo sobre el cerro.
Un aspecto que hay que resaltar
es, que en los spots publicitarios del Gobierno Nacional “Bolivia te Espera”, es
que ni por asomo se han utilizado imágenes del Cerro Rico, Casa de Moneda, Museos,
etc., de Potosí y ante este hecho la
comuna potosina no ha dicho o hecho nada al respecto, mostrando con esto una
total pasividad o desconocimiento.
Por esta serie de problemas y la
incapacidad del Gobierno Municipal, es que es necesaria e imperiosa la renuncia
del Sr. Rene Joaquino, abriendo la posibilidad de elegir un nuevo Alcalde y un
Gobierno Municipal que más allá del populismo, tenga gente con planteamientos
técnicos desinteresados y con alto compromiso social.
El municipio potosino requiere de
un gobierno que planifique el desarrollo urbano, que empiece a situar la ciudad
como uno de los atractivos más importantes de Bolivia ante el mundo.
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